"La página de los lagartijos es como el camarote de los Hermanos Marx"
    (Los Moteros Jubilaos, 2005)

    "La Vespa abans de montarla n´hia que coneixerla"
      (Socarrat dixit. Xátiva 19/08/2006)


    13 mayo 2007


     

    Lagartijos en Orihuela



    Con este mensaje me estreno en el lagartijo blog, espero estar a la altura de lo que ya han puesto mis compañeros en anteriores ocasiones. A pesar de que el evento ya hace unos días que pasó mis múltiples obligaciones han mantenido ocupada mi pluma hasta hoy, pero como todavía no he caído en las garras del “Puto alemán ese que nos esconde las cosas” creo que me acordaré bastante bien de lo acontecido.

    En concreto este de Orihuela es el segundo Scooter Rally de la temporada al que asisto, esta vez un poco mas cerca que el de Murcia, ya que mi residencia la tengo fijada en Alicante capital, pero con el mismo “sabor clásico” que el anterior. Este rally lo ha organizado Scooter Club un poco especial, pero no por admitir solo scooter clásicos, si no porque sus integrantes son casi al 100% británicos, y los pocos que no son hijos de la gran bretaña cada vez se mimetizan mas con ellos.

    El trayecto de ida lo iniciamos con cierto retraso sobre el horario previsto, pero como todos sabemos que la puntualidad es perniciosa para la salud, procuramos conservarnos en perfecto estado. La anécdota del viaje nos surgió en el primer meeting point, ya que tras haberlo concretado perfecta y meticulosamente con nuestro hermano lagartijo Hachazo, llegamos al enclave referido en el mapa de la guía michelín como barrio de San Carlos sin encontrarnos en el punto que esperábamos. Pero tras una breve conversación mediante nuestros celulares pudimos concretar que Hachazo estaba en el lugar correcto, y que nosotros también…… ¿habríamos localizado un bucle espaciotemporal que nos desplazaba a un universo paralelo en el que todos los vehículos eran scooters? ¿Habíamos sido abducidos y devueltos a un universo con 5 minutos de diferencia con el nuestro propio? Que desasosegante experiencia la vivida en los minutos que esperamos a que Hachazo se acercara al lugar donde nos hallábamos.

    Cuando por fin oímos en la lontananza el estruendoso sonido del escape del scooter de Hachazo, nos lanzamos al medio de la calzada para dar la merecida bienvenida a nuestro hermano de fatigas. En ese momento, y tras los preceptivos saludos y demás reverencias, descubrimos que el plano en el que nos habíamos basado para concertar nuestra reunión “CONTENIA UN GAZAPO” ya que el barrio de San Carlos esta situado en dicho mapa al sur de la intersección escogida, y en la realidad se encuentra al norte, con lo que unos no habíamos llegado, y otro continuo en dirección sur sin hallarnos.

    La entrada final del grupo en la ciudad de Orihuela también tuvo su aquel, ya que Francis se ofreció como cicerone, pero en la primera rotonda que nos encontramos salimos en dirección opuesta a la esperada porque, según el propio Francis, esa rotonda no estaba allí antes y le había desorientado. Y toda esta odisea solo para llegar a una ciudad situada a 50 Km de nuestra residencia habitual.

    Cuando por fin nos encontramos con los organizadores, y nos inscribimos, pudimos disfrutar de la amigable conversación tan típica por estos lares."Que si yo he montado tal escape, que si a mi me gusta mas el tacto del freno de tambor que el del disco, que si mi carburador monta un 155 de chiclé de altas, etc…”






    Increíblemente los organizadores también velaron por la salud de los asistentes, arrancando la caravana cerca de 30 minutos después de la hora anunciada.
    Incomprensiblemente ya nos encontrábamos todos allí, pero ellos se empeñaban en no moverse. ¿Se estarán empezando a mimetizar con las actitudes y costumbres de los nativos? Quien sabe.

    La ruta la hicimos unas 35 motos en las que había un sano 50% de Vespas y otro tanto de Lambrettas. Pasaré un tupido velo sobre el hecho de que también contábamos con la compañía de dos o tres Vespas modernas de 4 tiempos (si, de esas hechas enteramente en plástico y dedicadas a un público unicelular que solo sabe hacer un movimiento muscular cada vez) no como los scooteristas auténticos que somos capaces de evaluar en milisegundos la carburación de nuestro vehículo, hábilmente acompañar la campana del carburador con nuestro movimiento de muñeca y a la vez tirar del estárter para evitar cualquier problema de sobrecalentamiento que irremediablemente llevaría a la muerte a nuestro preciado cilindro.






    El recorrido nos llevó por una carretera habitual de los moteros de la zona, la del pantano, en dirección a la pedanía de Punta Prima, donde nos deleitaron con un delicioso menú continental, con diversas opciones a elegir para completar los platos integrantes de la comida. Tras explicarle la correcta entonación de la palabra "Salmón" a la camarera de origen ex-soviético que nos atendió, pudimos comprobar que a Joaquín le habían concedido el premio a “The Best Small Frame Bike” Vamos, mas o menos el premio a la mejor vespa de chasis pequeño (las malas lenguas dicen que también era la única, pero sobre ese punto hay cierta discrepancia sobre la que no ahondaremos en nuestra exposición)





    La vuelta la hicimos en compañía de otros Lambrettaris alicantinos, Sr. D. Nacho Marvá y Sr. D. Diego, así pudimos rebatir la extendida creencia de que los scooteristas que montan Lambretta son unos estirados que no quieren saber nada de los que montamos en Vespa. Tras la pertinente parada para refrescar nuestros cuerpos en una terraza de Urbanova llegamos a Alicante donde nos esperaba una loca noche de desenfreno y diversión, pero esto ya queda dentro de nuestra intimidad mas íntima, así que, estimado lector, te tendrás que quedar con las ganas de saber que pasó. Solo puedo reseñar que el buey que proporcionó el solomillo del que dimos cuenta murió sin ningún padecimiento y después de una honrosa vida en su granja sita al norte de este país en algún momento llamado España.



    02 mayo 2007


     

    RIV#6_ROAD_TO_RAIN_/_ROAD_TO_RUIN

    Hoy hemos batido nuestro propio record de precipitaciones por scooterista cuadrado (de cabeza). De nada valieron los pronósticos que desde hace dos semanas decían que nos mojaríamos. No nos mojamos. Nos empapamos.

    Ya en la víspera habíamos quedado en que si al levantarnos llovía, hacer como si nada y seguir para delante, que luego la gente nos llama rajados y cosas por el estilo.

    7:30 a.m. del sábado. Me levanto y brilla el sol. Todo despejado. El hombre del tiempo se ha colado. Mejor.

    Salimos los de Yecla camino del Palomar, con frío pero con el sol brillando. Va a dar gusto la ruta.

    En Onteniente ya nos cubre algo negro que oscurece como si fueran las 9 de la noche. Mal rollo, pero seguimos. Los scooteristas nunca nos damos la vuelta.

    Llegamos a El Palomar y ya está el tercer elemento esperándonos. Como los de Alicante están teniendo paradas cada dos por tres, nos da tiempo a repasar la discografía completa de los Ramones, ante el bochorno de los parroquianos que pasaban por allí. También somero repaso a las influencias que ha causado en nuestra generación el visionado del film Brain Dead (Tu mamá se ha comido a mi perro), y quorum al decidir que tampoco nos ha ido tan mal.

    Al fin llega el resto y nos metemos a almorzar. Por fin la hora de zampar el famoso POTORRO SENEGALÉS ®. Angelillo, muy en su línea, innova un nuevo delicattessen para las gargantas más profundas, el POTORRO SENEGALÉS 2.0, pero ante el éxito obtenido, opta por tragárselo él mismo. (Hay fotos del momento, y como siga acusándome en los foros de meter enlaces guarros en los hilos, las publicaré sin misericordia).

    Es la hora de partir y empieza a llover. Bien. Ahora es cuando veremos quien es scooterista y quien hijo del butanero. Empiezan a aparecer de las mochilas trajes de agua, chubasqueros y bolsas de basura (sic), que no se si protegerán mucho, pero las risas no nos las quita nadie.

    La ruta hasta Navalón, bajo una lluvia suave pero continua que nos impide ver el paisaje (que debe ser muy bonito porque no hacemos más que subir y bajar puertos), incluyó el intento de Simón de hacer puenting sin cuerda pero con Vespa desde un puente íbero. Menos mal que recordó los consejos y pudo trazar de nuevo la curva como mandan los cánones.

    Al final otra vez brilla el sol y llegamos a Navalón. Nos zampamos unos gazpachos (distintos a los conocidos, con caldo de cocido, pero buenos al fin), y tras las típicas fotos chorras (para muestra ver arriba), nos lanzamos de regreso.

    En este punto el Paskilizard se erigió campeón indiscutible del I Concurso de A Ver Quien Pasa más Cerca del Mojón Sin Comérselo. Con una ejecución impecable y sin perder en ningún momento la compostura, se alzó al podium y un poco más y se alza a lo alto del cerro.

    Al momento, de golpe, el bíblico diluvio nos cayó encima. Agua a mares (para todos) y niebla de no ver en 20 metros. De nuevo los trajes de agua (por llamarlos de alguna manera caritativa) y a apretar los dientes.

    Hasta casi el final nos estuvo lloviendo, pero para lluvia, la que nos cayó ya en Yecla en los últimos 500 metros. En un momento los callejones bajaban ya con rambla.

    Pues resumiendo, que la vida del ejcuterista es asín, y que para algo tranquilo, seco y seguro, te apuntas a un curso de punto de cruz. Pero para ser un aguerrido ejcuterista de pro, tienes que pasar por esto (y por lo que nos queda).

    Hasta la próxima.