"La página de los lagartijos es como el camarote de los Hermanos Marx"
    (Los Moteros Jubilaos, 2005)

    "La Vespa abans de montarla n´hia que coneixerla"
      (Socarrat dixit. Xátiva 19/08/2006)


    02 mayo 2007


     

    RIV#6_ROAD_TO_RAIN_/_ROAD_TO_RUIN

    Hoy hemos batido nuestro propio record de precipitaciones por scooterista cuadrado (de cabeza). De nada valieron los pronósticos que desde hace dos semanas decían que nos mojaríamos. No nos mojamos. Nos empapamos.

    Ya en la víspera habíamos quedado en que si al levantarnos llovía, hacer como si nada y seguir para delante, que luego la gente nos llama rajados y cosas por el estilo.

    7:30 a.m. del sábado. Me levanto y brilla el sol. Todo despejado. El hombre del tiempo se ha colado. Mejor.

    Salimos los de Yecla camino del Palomar, con frío pero con el sol brillando. Va a dar gusto la ruta.

    En Onteniente ya nos cubre algo negro que oscurece como si fueran las 9 de la noche. Mal rollo, pero seguimos. Los scooteristas nunca nos damos la vuelta.

    Llegamos a El Palomar y ya está el tercer elemento esperándonos. Como los de Alicante están teniendo paradas cada dos por tres, nos da tiempo a repasar la discografía completa de los Ramones, ante el bochorno de los parroquianos que pasaban por allí. También somero repaso a las influencias que ha causado en nuestra generación el visionado del film Brain Dead (Tu mamá se ha comido a mi perro), y quorum al decidir que tampoco nos ha ido tan mal.

    Al fin llega el resto y nos metemos a almorzar. Por fin la hora de zampar el famoso POTORRO SENEGALÉS ®. Angelillo, muy en su línea, innova un nuevo delicattessen para las gargantas más profundas, el POTORRO SENEGALÉS 2.0, pero ante el éxito obtenido, opta por tragárselo él mismo. (Hay fotos del momento, y como siga acusándome en los foros de meter enlaces guarros en los hilos, las publicaré sin misericordia).

    Es la hora de partir y empieza a llover. Bien. Ahora es cuando veremos quien es scooterista y quien hijo del butanero. Empiezan a aparecer de las mochilas trajes de agua, chubasqueros y bolsas de basura (sic), que no se si protegerán mucho, pero las risas no nos las quita nadie.

    La ruta hasta Navalón, bajo una lluvia suave pero continua que nos impide ver el paisaje (que debe ser muy bonito porque no hacemos más que subir y bajar puertos), incluyó el intento de Simón de hacer puenting sin cuerda pero con Vespa desde un puente íbero. Menos mal que recordó los consejos y pudo trazar de nuevo la curva como mandan los cánones.

    Al final otra vez brilla el sol y llegamos a Navalón. Nos zampamos unos gazpachos (distintos a los conocidos, con caldo de cocido, pero buenos al fin), y tras las típicas fotos chorras (para muestra ver arriba), nos lanzamos de regreso.

    En este punto el Paskilizard se erigió campeón indiscutible del I Concurso de A Ver Quien Pasa más Cerca del Mojón Sin Comérselo. Con una ejecución impecable y sin perder en ningún momento la compostura, se alzó al podium y un poco más y se alza a lo alto del cerro.

    Al momento, de golpe, el bíblico diluvio nos cayó encima. Agua a mares (para todos) y niebla de no ver en 20 metros. De nuevo los trajes de agua (por llamarlos de alguna manera caritativa) y a apretar los dientes.

    Hasta casi el final nos estuvo lloviendo, pero para lluvia, la que nos cayó ya en Yecla en los últimos 500 metros. En un momento los callejones bajaban ya con rambla.

    Pues resumiendo, que la vida del ejcuterista es asín, y que para algo tranquilo, seco y seguro, te apuntas a un curso de punto de cruz. Pero para ser un aguerrido ejcuterista de pro, tienes que pasar por esto (y por lo que nos queda).

    Hasta la próxima.

    Lo que se ha dicho despues:
    Amén, hermano amén....
    Pero podrias poner alguna foto mas, ¿no?
     
    Bueno, pues ya están los vídeos devueltos...

    CRÓNICA DE LA RIV#6: ASÍ LA VIMOS Y ASÍ SE LA CONTAMOS...

    Tras hacer unas llamadas en nombre del Instituto de Estadística de la Comunidad Valenciana, Murcia y Albacete para cerciorarme de que, efectivamente, acudirían al evento en scooters y no cómodamente sentados en deportivos, utilitarios o berlinas, me fui a por la Muscle para meterla en la furgoneta y acudir así al punto de reunión (bueno, al punto exacto no... más bien a dos calles antes...). Lo malo de hacer esto es que se llega demasiado pronto y luego toca esperar. Un cuarto de hora más tarde llegaron los otros dos lagartijos, Hachazo y Paskilizard, por un sendero que no lleva a ningún sitio (que lo conozco de otras veces...), de modo que llegué deduje que ellos tambien vinieron en furgoneta:

    - ¡Hola, compañeros! ¡Cuánto tiempo!
    - ¡Acabator, un abrazo! ¿Cómo estas? ¡Jo**r, qué frio hace! ¿Eh?
    - ¡Uy, si! ¡Mucho, mucho! ¡No me noto las manos!
    - ¡Nosotros tampoco! ¡Mira, mira!
    - Ya veo, ya... Aquí tengo los vídeos...
    - Dame, dame...
    ... (sin comentarios).

    Al cabo de UN BUEN RATO aparecieron, por fin, los alicantinos: Vespasiano79, Romina, Simón, Helix y Alberto. Una vez sentados, dimos las gracias al Señor por los alimentos que íbamos a tomar... y una componente del grupo (no diremos su nombre porque es muy discreta y prefiere seguir en el anonimato...) dejó en mis manos la elección de su bocadillo. Cuando le mostraron el auténtico Senegalés*, con toda su enormidad a la vista, le entró una especie de desasosiego y un servidor, incapaz de ver a una señorita en apuros, se ofreció a cambiar los bocadillos y ser así el blanco de chanzas y burlas. ESPERO que los demás comensales tengan la delicadeza de omitir las instantáneas comprometedoras que se tomaron durante el almuerzo y eviten, en lo posible, hacer comentarios y comparaciones sobre lo sucedido.

    Afuera pintaba mal, así que el variopinto grupo (y si no, juzguen ustedes mismos...) se dispuso a pasar a la historia del ejcuterismo patrio bajo una lluvia pertinaz. Ataviados de distinta suerte nos subimos a las monturas: uno con su traje de cordura y goretex; otro con un mono de agua comprado para la ocasión; los de más allá con unos trajes del todo a cien que petaron nada más espatarrarse un poco; los de acullá, que sólo les faltaban unas escobas y un cubo de basura para integrarse en el submundo de la brigada de obras y servicios del ayuntamiento... Y para acabar de rematar esta prometedora estampa, las dos joyas de la colección: El afortunado propietario del poncho amarillo, que parecía haberse bajado del hombro de algún pirata malandrín y que, emulando a Pulgarcito, iba dejando rastro por dónde pasaba para no perderse a la vuelta... y el despistado que se dejó el traje de agua en casa, que acabó pidiendo bolsas de basura para taparse y que una vez puestas parecía un cruce entre estilizada hawaiana y rumbero cubano (mmmmmh... ese taparrabos sugerente causaba furor...).

    Despacito, pues la lluvia (de piedras, las que nos lanzaban los lugareños por dónde pasábamos...) y el trazado de la carretera lo aconsejaban, fuimos hasta Aielo de Malferit y de allí a Navalón, pasando antes por Moixent.

    Ya sentados en la mesa, el Demonio, disfrazado de amable camarero, intentó tentarnos e impedir la noble tarea de acabar con todos los gazpachos del restaurante. Sobra decir que no lo consiguió... Bueno, sí... una integrante del grupo (no diremos su nombre porque es muy discreta y prefiere seguir en el anonimato) acabó pidiendo algún sucedáneo vacuno... allá ella. También cabe destacar el plato de "Dedos de difuntos de la fosa común de Navalón" que ya comentamos en otra crónica y que tal vez por eso escasean. Esta vez nos sirvieron algunos dedos en compañía de otra cosa que no me atrevo a clasificar, más gordita pero igual de crujiente y gustosa. Los postres, pues como ya nos tienen acostumbrados: abundantes y deliciosos, tanto del plato de mi zona como de la otra, como tuve ocasión de comprobar ante las miradas desaprobadoras de Simón y Romina...

    Tras las despedidas, apretones de manos y achuchones, me separé del resto para hacer como que volvía a casa... y luego di la vuelta y los seguí de lejos hasta que llegué al Palomar y me subí en la furgoneta.

    Saludos.



    * Versión 2.0 (como ya ha sido bautizada): Dos butifarras (a la otra pediré que no me las corten, sino que le quiten el nudo...) con dos huevos fritos.
     
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