"La página de los lagartijos es como el camarote de los Hermanos Marx"
    (Los Moteros Jubilaos, 2005)

    "La Vespa abans de montarla n´hia que coneixerla"
      (Socarrat dixit. Xátiva 19/08/2006)


    31 mayo 2006


     

    Ella nunca lo hubiera hecho.

    Tristes son siempre las despedidas. Pero lo ocurrido hace pocas fechas en nuestra localidad, más que una despedida fue un abandono. Nuestro antaño siempre dispuesto hermano Rickenbacker, el que siempre estuvo allí cuando lo necesitamos, el que siempre estuvo dispuesto en su establecimiento de orfebrería a vendernos la tortillería surtida necesaria para todos los aficionados a los hierracos viejos (menos cuando fui yo a comprar cien tornillos de ochenta medidas distintas con sus tuercas y sus arandelas), el proveedor perpetuo de chascarrillos y chanzas, el virtuoso guitarrista, el más profundo conocedor de la noche yeclana, el amantísimo esposo y padre fiel, HA VENDIDO SU VESPA.

    La historia comienza con una experimentación por su parte con ciertos tipos de lubricantes alternativos para las Vespas, una experimentación que nos ha servido de mucho. Ahora sabemos que JAMAS hay que echarle a la mezcla ESE tipo de aceite.

    La moto, no se le ocurre otra cosa, desagradecida ella, que agarrar el pistón al cilindro (que seguro que no llegó ni a gripaje) y nuestro hábil amigo, la dejó frente a un establecimiento de ultramarinos, con la esperanza de que el descanso la curara. Pues evidentemente, el descanso le vino bien a los chavales que se montaban y emulaban a Rossi, pero la pobre se quedó igual de enganchada. No se sabe muy bien con que fin, pero nuestro antaño hermano, la vendió al mejor postor, por 30 míseras monedas de plata, cual Iscariote del siglo XXI. Pues no se que habrás comprado con esas 30 monedas, pero al otro Iscariote no le sirvieron de mucho.

    Así que amigo mío, vete pensando en comprar otra Vespa rapidito, porque lo que es el menda, como que pasa mucho de llevar paquete masculino, que la reputación que he obtenido, me ha costado muchos años conseguirla, y no la pienso tirar por la borda apareciendo en cualquier evento escuterista con un maromo amarrado a mi cintura. He dicho
    .
    El que abandona a un semejante suyo que está en peligro,
    se hace cómplice de la desgracia que le acontezca. (Proverbio serbio)