"La página de los lagartijos es como el camarote de los Hermanos Marx"
    (Los Moteros Jubilaos, 2005)

    "La Vespa abans de montarla n´hia que coneixerla"
      (Socarrat dixit. Xátiva 19/08/2006)


    08 diciembre 2006


     

    Crónica oficial de la 2ª Comida Inter-clubs del Eje Mediterráneo (Así fue... o por lo menos, así la vimos...)


    Un lagartijo, que prefiere permanecer en el anonimato, y que responde al nombre de Deltelín, nos muestra como ponerse el pijama plateado en medio de un raid, y parte de sus gallumbos de leopardo. Poco más tarde, nos mostró el mismo pijama plateado destrozado a jirones. No sabíamos si venia de revolcarse con los tigres o de una despedida de soltera.


    Resulta curioso cómo los seres humanos reaccionan de forma totalmente diferente a un mismo estímulo según el día de la semana y más si ese día en concreto tienen salida ecsjuterista. Me explico: una madrugada cualquiera, al oír el gimoteo de un bebé reclamando su ración de leche adaptada, cualquier aguerrido ecsjuterista se da la vuelta en la cama, esperando que su compañera se levante y dé alimento a la criatura. Si esto no es suficiente, entonces se tira un sonoro cuesco y con una pierna mueve las sábanas para crear la corriente de aire necesaria para intensificar el "efecto". Pero ¿Qué ocurre si ese día ha quedado con sus amigotes para darse una vuelta con la vespa? ¿Eh?... Aaaaah! Amigo... Entonces todo cambia: empezando por saltar de la cama, coger en brazos al infante, darle el biberón, cambiarle los pañales y volver a dormirlo en un tiempo récord. Y además, fregar la vajilla, barrer un poco la casa, darle un repaso al baño, preparar unas torrijas y dejarlas a la vista encima de la mesa... De libro, vamos...

    Pues como iba diciendo, estos dos aprendices a reptil, que somos mi hermano y yo, después de quemarnos con el aceite de las torrijas, salieron al encuentro de los Lagartijos (Sector Sur Reunificado y Auténtico) para almorzar todos juntos en Albaida. El viaje de ida fue un verdadero calvario: la niebla nos empapaba y nos impedía ver más allá de 10 metros, insuficientes, en todo caso, para gobernar las potentes máquinas que llevamos bajo el trasero. En Albaida, y más concretamente en El Palomar, lucía un sol del cagarse, así que aprovechamos para poner nuestras escamas a secar, a la espera de que Hachazo, Deltelín y Paskilizard se dignaran por fin a aparecer...

    Permítanme que les ahorre los excesos carnales que acontecieron durante el almuerzo, que no van a aportar nada más que confusión y tal vez les perturben el sueño. Tan sólo diré que nunca he visto cómo un scooter club se degradaba tan rápido y pasaba de llamarse "Lagartijos Scooter Club" (Sectores Sur y Centro tirando a la derecha según se mira, Reunificado y Auténtico) a denominarse "Potorro Senegalés Club de Fans" (Sector Duro, Negro y con Brillo) en cuestión de minutos. Una lástima.

    Demos paso al viaje hacia el punto de reunión con los demás scooters clubs, con la duda de sí seríamos bien recibidos después del cambio de nombre y si nos dejarían estar con ellos y compartir mesa... que no es lo mismo. Pasear con la vespa por carreteras estrechas y sin casi tráfico es una gozada… y más si eres el único que se sabe el camino y nadie osa adelantarte. Sin apenas incidentes, llegamos a Pla de Corrals.

    Tras los saludos de rigor, admiración de scooters y alabanzas de modelos, nos dirigimos hacia Barx por un camino más propio de cuadrúpedos que de vehículos a motor. Una vez en la mesa, tuve el placer de conocer a Romina y Simón, que se atrevieron a venir desde Alicante de la mano de Helix. Como habrán adivinado, en lo referente al cambio de nombre nos callamos como putas. Pero algo debieron olerse, porque tras el postre, todos al mismo tiempo, se levantaron y nos dejaron solos en la sala. A la próxima, intentaremos no eructar y delatarnos… o por lo menos no de una forma tan ostensible.

    La despedida en Barx se nos antojó el momento más delicado. Y digo delicado porque debíamos parecer convincentes y hacerles creer a nuestros amigos Lagartijos que les queríamos acompañar por el placer de rodar con ellos un poquito más y no por ir a recoger la furgoneta que teníamos escondida en unos bancales de El Palomar. Al final consintieron y la jugada nos deparó uno de los momentos más jugosos de todo el día, al empeñarse un compañero en darnos unas lecciones magistrales de cómo ponerse un pijama en ruta, y a la par, obsequiarnos con las vistas de unos calzoncillos de leopardo, que llevaba puestos y que le quedaban a la altura del ombligo.

    Y pasando la Pobla del Duc tuvo lugar la despedida Final, Reunificada y Auténtica, que se alargó un poco más de lo previsto ya que a Miguel, mi hermano, se le salió el tubo de escape. Y de allí, por la misma carretera de ida y vuelta y otra vez ida, medio a oscuras, helados y temblando, pero no de frío, sino por el temor a las represalias de las respectivas parejas, a las que engañamos vilmente al decirles que estaríamos en casa a la hora de comer, llegamos a nuestros hogares.

    Hasta la próxima… si nos dejan (a saber, y por orden de aparición: nuestras señoras, "Lagartijos Sco… Potorro Senegalés Club de Fans" y los demás scooters clubs).
    Saludos.

    Lo que se ha dicho despues:
    Olé, olé y olé las cosas graciosas. Enhorabuena por este pedazo de artículo. Has hecho una entrada triunfal en este blog. Yo creo que el Hachazo se va a poner un poco celoso de los altos vuelos que rondan por aquí. Ojo Hachazo que el reino se reparte.
     
    Hala, pedazo de crónica, a la altura de las acostumbradas en este blog. Si sigue subiendo el nivel al final en lugar de blog ejcuterista tendrá que cambiar por blog lírico ejcuterista.
    Solo una cosa necesitaría aclaración por parte de vuestras mercedes, ¿Potorro Senegalés? ¿Tal era el calibre de la morcilla que os ha dejado tan traumatizados?
    En fin, ahora ya sois Ejcuteristas Reunificados Traumatizados.
    Yirondins, ni los dientes largos ni na de na, la próxima no tienes escapatoria ni fiósofos que te salven, los Ejcuteristas Autenticos no hacemos prisioneros!!!!
     
    Estimados pupilos:

    Me es grato sobremanera el encontrar en esta página, que ha pasado un bache en los dos primeros tercios de este año, un auge en cuanto a la participación y calidad de los escritos que en ella se publican. No tengo el gusto de conocer al nuevo elemento por ustedes fichado, el autodenominado Acabator (del inglés acabeitor: aquel que termina lo que otros se dejaron a medio, refiriéndose en muchos casos a alimentos del plato.).
    Sonada ha sido su primera entrada en esta simpatiquísima página güeb, con una calidad en el fondo y en la forma que temblando me tiene al álma cándida del Hachazo, que ve tambalearse su antaño dominio sobre el verbo.
    Solo una cosa me atrevo a puntualizar, que no corregir. Y es el uso (incorrecto para mi humilde entender), que se ha hecho del termino potorro senegalés. En el contexto en el que se coloca, haciendo símil en cuanto a tamaño, forma y color con el miembro viril de un súbdito de la República de Senegal, no puede emplearse el término potorro, que se refiere precisamente a su contrario en la anatomía, lease, la peluda vulva de alguna nativa de la citada región africana. Le recomiendo que en un futuro, cuando quiera crear un símil entre una morcilla gorda, larga y negruzca, emplee alguno de los muchísimos sustantivos que nuestra rica lengua nos ofrece, tales como chola, chota, churra, carajo, nabo, pijo, pija, porra, flauta de bartolo, nardo, picha, pilila, pito, polla, pollón, minga, trabuco, tranca, verga, etc.
    Igualmente, y para referirse a la cueva de alguna doncella (o no) a la que deban referirse en sus eruditos ensayos, pueden utilizar los términos almeja, breva, chichi, chimba, chirla, chocho, chumino, conejo, coño, higo, parrús, potorro, raja, etc.
    Satisfecho si mi humilde y breve exposición les ha iluminado algo en el oculto mundo de los aparatos reproductores, se despide atentamente su humilde servidor.

    Su humilde servidor.
     
    Estimado Don Miguel:


    Es para mí un honor que se tome las molestias de revisar el contenido de mis mensajes y hacer las puntualizaciones que crea convenientes.

    No dude un instante en volverlo a hacer si hubiere ocasión pues, como asiduo a varios foros y blogs, estoy constantemente expuesto a exquisiteces tales como: -“Cuando podais quitar eso de hay”-, -“Y entonces ella se apolla...”- o – “Creo que se iva a venir” (con ésta última he tenido hasta pesadillas).

    Por otro lado, quisiera explicar el porqué de utilizar una palabra en concreto y no otra. Ciertamente, soy un entusiasta de las palabras rudas, sonoras, que llenan la boca al pronunciarlas... Tal es así, que muchas veces utilizo algunas fuera de contexto por darme el gustazo; pero no lo hago a propósito, sino que es más bien un desliz vocal: algo así como un no quiero apartar la vista de lo que hago, pero no puedo evitar que los ojos se me vayan detrás de unas piernas bonitas o un escote generoso. Espero que sepa entenderlo y me disculpe. Además de reincidente de la palabra “potorro”, existen otras por las que tengo especial predilección, tales como “bancal”, “abigarrado” o la estrella de mi vocabulario personal, que no es otra que la sin par “burro potranco”, que ya tendrá usted ocasión de leer en este espacio.

    Apunto unos cuantos sustantivos que no tenía el gusto de conocer para las próximas ocasiones que lo merezcan, que sin duda, serán muchas. Y concretamente, la palabra “trabuco” me produce esa sensación de saciedad fonética que tanto placer me produce.


    Atentamente,


    Acabator.
     
    Hola.
    Cuando te leo decir [...]que llenan la boca[...] es que siento un cosquilleo por todo mi ser. Buff, se me pondrían los pelos como escarpias, si no fuera porque voy totálmente rasurado por exigencias del guión de mi último film A las que le gustan los tubos Pinasco, nada les da asco.
    Perdonad mi mal uso del español o castellano, pero es que como soy de otro país e incluso de otro continente, pues no lo hablo ni escribo con la fluidez que merece un espacio como este.
    Adiós.
     
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